miércoles, 10 de julio de 2013

Ámsterdam




La ciudad nació como puerto pesquero en el siglo XII a orillas del río Amstel, del cual se origina su nombre.

La capital de los Países Bajos (más conocidos como Holanda por su región principal) es muy recomendable. Tiene mucho para ver. Por eso miles y miles de turistas la visitan cada año.

Una de las cosas que más se puede ver allí, son bicicletas. Su masividad rompe los ojos. Se dice que hay casi tantas como habitantes -que son 750.000-; al punto que en horas pico es difícil encontrar lugar para estacionarlas.

En el centro histórico se pueden ver las tradicionales casas holandesas: angostas, altas y con amplios ventanales para que entre mucha luz natural. Hermosos canales de agua cortan la zona más antigua de la ciudad. Por ellos se puede transitar e incluso vivir, ya que cada tanto se ve algún barco reconvertido en hogar.

En el casco histórico está el Barrio Rojo. Allí las prostitutas se ofrecen desde sus ventanas y escaparates al mejor postor, iluminadas por las tradicionales luces rojas que dan nombre a la zona.

Otro punto de interés turístico -especialmente entre los jóvenes europeos- son los famosos coffeeshops, tiendas legalmente establecidas donde miles acuden a diario para degustar distintos tipos de marihuana.

La capital del país de los molinos de viento también tiene para ver muchos museos, como el Rijksmuseum, la casa de Rembrandt, el de Van Gogh, el Museo de Cera Madame Tussauds, o la trístemente célebre casa de Ana Frank. A todo esto se puede sumar el Mercado de Flores, con tulipanes de los colores más increíbles. Y en materia deportiva, algún partido del Ayax o de la selección femenina holandesa de hockey sobre césped.

Tiene mucho para ver, Amsterdam. Incluso en el suelo. En sus calles, si uno repara con atención puede apreciar unas pequeñas baldosas metálicas que identifican el servicio de agua potable de la ciudad. Se las reconoce fácilmente porque tienen la primera letra de la palabra “agua” en neerlandés, que se escribe igual que en inglés -water-, o viceversa. La gloriosa W.